8 de septiembre de 2014

DESAYUNO CON DIAMANTES · Croissants

En mi casa nunca hubo mantequilla. Así de primeras parece una afirmación muy fuerte, pero así lo recuerdo. La suplantaba una tarrina de margarina con una mazorca de maíz dibujada; nada bueno se podía esperar de ella. Mi relación con la mantequilla se limitaba a esos paquetitos monodosis que te dan en los hoteles. Siendo así, la verdad es que nunca le di mucha bola. No me gustaban mucho las tostadas, y ahora se por qué. 

Para compensar todos estos años sin catar ese manjar de los dioses, desde que empecé a estudiar cocina uso para todo la manteca (así la llaman en este lado del mundo, sin diminutivos ni historias). Estos croissants son el mejor ejemplo de ello. Escandalosamente mantecosos y hojaldrados, son sinónimo de felicidad (sobre todo si se untan en leche y se deshacen en capas).


Como veis tengo más ganas de hablar de la manteca y de los croissants que de la película en que está basada. Y es que, después de tanto escuchar a algunas amigas ponerla por las nubes, cuando tenía unos dieciséis años me aventuré a verla. Y no me pareció para tanto; no como para empapelar cada tienda "de diseño" con la cara de Audrey Hepburn. Al menos esa es mi humilde opinión. El cinéfilo que está leyendo esto tal vez me esté odiando en este momento, pero creo que Blake Edwards hizo cosas mucho mejores que esa, la Pantera Rosa da fe de ello. 

Pero si a pesar de todo tenéis ganas de ir a desayunar croissants mirando el escaparate de Tiffany's, aquí va la receta para que os tiréis a desayunar en el sofá, con legañas de domingo por la mañana (qué poco tiene que ver el cine con la realidad...).




Ingredientes:
  • 500gr de harina
  • 320gr de manteca
  • 145gr de leche
  • 145gr de agua
  • 60 gr de azúcar
  • 8gr de levadura seca
  • 8gr de sal
  • 1 huevo
Para comenzar, se mezcla la levadura, el agua y 145gr de harina y de deja que fermente hasta que doble su volumen. Luego, se añade la leche, el azúcar, la sal y 40 gramos de manteca. Hay que amasar hasta que todo quede bien integrado. Cuando la masa es homogénea,  se envuelve en film y se guarda en la heladera.

En este momento se empieza a trabajar con la manteca. Sobre papel manteca, se cortan taquitos de aproximadamente 1cm y se van colocando formando un cuadrado lo más perfecto posible. Se cubre con otro papel manteca y se pasa el rodillo hasta conseguir un cuadrado lo más perfecto posible. Tiene que quedar como una pieza entera, sin grieta alguna. Se mete al congelador hasta que esté bien dura.

Con un rodillo, se estira la masa que se preparó al principio en forma de cuadrado y se coloca la manteca en forma de rombo, es decir, que las esquinas no coincidan con las del cuadrado de masa. Se encierra la manteca con la masa y se sella bien con el rodillo. Por si no me explico bien, o hay algo que no ha quedado claro, aquí va un video explicativo de la técnica. Cualquier duda ya sabéis, comentad y responderé lo antes posible. 



A continuación, se estira a lo largo, hasta conseguir una longitud aproximada de 60cm. Luego se doblan los bordes hacia dentro, llevándolos hasta la parte central. A continuación se vuelve a doblar la masa, cerrándose como si fuera un libro. Se sella apenas con el rodillo, se envuelve en film y se lleva al congelador. Es fundamental trabajar con la masa bien fría, porque si no se derretirá y será inmanejable. Esta operación se debe repetir al menos tres veces, cambiando la dirección del estirado cada vez, es decir, si la primera se estiró a lo alto, a la siguiente se estira a lo ancho.


Cuando se han terminado las vueltas, se estira por última vez, pero hasta llegar a 90cm. Se cortan triángulos y se enrollan sobre si mismos, comenzando por la parte ancha. Para terminar, se pintan con huevo batido con un chorrito de agua, y se dejan levar alrededor de 2 horas, hasta que doblen su volumen. Se hornean a 200º durante 15-20 minutos, hasta que estén bien dorados.

Se supone que hay que esperar hasta que estén fríos para hincarles el diente, pero ¿de verdad te puedes resistir? Bon appétit!